29 nov 2006

Milagrosa musiquita de cristal: Contursi y Gricel








Toda historia de amor tiene que contar con un marco digno de ella. ¿Qué mejor lugar podría elegirse para ésta que Capilla del Monte, en la provincia de Córdoba? Allí se encuentra el Cerro Uritorco, donde se produce un fenómeno natural que se visualiza especialmente de noche con luces intensas y de diferentes colores. Algunos sostienen que el cerro contiene azufre y otros componentes químicos que fomentarían su fogonazos. Otros agregan que el cerro es hueco y en su interior hay una base extraterrestre. El sitio, igualmente, tenía una leyenda desde antes de ser famoso por el avistaje de "seres del más allá", "ovnis" o como prefiera llamárselos.
La historia dice que Uritorco era un indio que se había enamorado de la hija de un hechicero. Que éste los persigió con sus maldiciones y magias y convirtió al indio en el Cerro Uritorco y a la joven Calabalurnba en el río de lágrimas que nace del corazón de las piedras. Que el amor perdura y por eso todos los que allí nacen o pasan de visita sienten ese bienestar. Y algunos sostienen que son los chisporrotazos de pasión aquellas luces como relámpagos que suelen verse en los cielos de Capilla del Monte.

Gricel Viganó vivía precisamente allí, en Capilla del Monte, Provincia de Córdoba, cuando conoció a José María Contursi. Los presentaron las hermanas Gory y Nelly Omar, amigas de Gricel y compañeras de crianza de ésta en el pueblo de Guaminí, anterior lugar de residencia de la familia Viganó. Era el año 1935. Gricel tenía 15 años cuando, estando en el estudio de Radio Stentor -en un paseo por Buenos Aires con las Omar- conoce a Contursi. Tenía él 24 años y era un mujeriego nato.

Se enamora de Gricel. Tanto que, cuando una afección intestinal lo aqueja, decide emprender una cura en el pueblo de la joven. Allí se hace amigo de la familia Viganó y corteja a Gricel. Pero él estaba casado y luego de su recuperación, emprende viaje a Buenos Aires nuevamente. Vuelve a Córdoba al menos otras dos veces. Paseaban por el Cerro Uritorco, se adoraban y se despedían.

En tanto, entre 1941 y 1949, él escribe (además de "Gricel")"En esta tarde gris":
"Mis ojos al cerrar te ven igual que ayer,
temblando al implorar de nuevo mi querer...
y hoy es tu voz que vuelve a mí
en esta tarde gris"

"Toda mi vida":
"Hoy después de tanto tiempo
de no verte, de no hablarte
ya cansado de buscarte
siempre, siempre
siento que me voy muriendo
por tu olvido, lentamente
y en el frío de mi frente
tus besos no dejarás..."

"Junto a tu corazón":
"Hoy como ayer
mis pobres ojos han quedado sin luz
y en mis desvelos solamente estás tú
como una burla a mi dolor...
Hoy como ayer
vuelvo a quedar tan solo
fue tanto el daño que me hisciste
cuando olvidando mi querer te fuiste
Hoy como ayer
envuelto en sombras otra vez quedaré
y entre esas sombras una sombra seré
para acordarme más de tí..."

escribe también otras letras maravillosas (cuarenta y siete, a lo largo de su carrera) que son parte del más selecto lenguaje del tango.
Aníbal Troilo, Carlos Di sarli, Osvaldo Fresedo son algunos de los músicos que crearon melodías para sus letras.

Mientras, ella, harta de ser la Gricel del tango desde 1942, se casa en 1949 con otro: Jorge Camba. Ese año Contursi escribe uno de sus tangos más bellos: ""
"Llegaste como un rayo deslumbrante de luz...
¡yo andaba por el mundo sin amor ni quietud!
¡Mis ansias ya se habían refugiado
entre las ruinas de mi pasado!..."
"Tú,
milagrosa musiquita de cristal
tú,
con la magia de tu amor y tu bondad
tú,
me enseñaste a sonreir y a perdonar..."


Gricel tiene una hija con Camba pero, al tiempo, él la deja. Ella se dedica a la crianza de la niña. Pasa unos años sin ver a Contursi.
En 1962, un amigo en común la visita en Córdoba y le cuenta que su amor estaba hacía casi seis años aislado, encerrado, bebiendo y que, recientemente, había enviudado.
La ternura y la consideración que siempre distinguieron a Gricel fueron las que determinaron su viaje a Buenos Aires. Fue a ver a Contursi acompañada de su hija. A partir de allí se suceden los viajes entre Capilla del Monte y la Capital Federal. Hasta que deciden anclar en Capilla. Quien se convertiría en su esposa lo convenció, con serenidad y fortaleza, de que era un sitio beneficioso para su salud y sobre todo para el tratamiento de adicción a la bebida que intentaba todo el tiempo llevar a cabo su amado. Se casan allí, en agosto de 1967, en la iglesia San Antonio de padua.
Ella se entiende muy bien con las tres hijas de Contursi. Viven armoniosamente hasta 1972, cuando él muere. Gricel lo sobrevivió más de veinte años. Muere el 15 de junio de 1994.
A partir de entonces, dicen los lugareños, el Uritorco chisporrotea con más fuerza.

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