22 ago 2008
Socializar
Por
Paula Carri
Durante el break del Día de Weblogs, mientras almorzábamos con Germán Herebia, le comentaba que el cronista de Perfil.com que estaba cubriendo la jornada se conoció con Darío Gallo -responsable de Perfil.com- vía Twitter. O, mejor dicho, Gallo conoció la escritura literaria y periodística y la rapidez mental e ingenio de @elfaco (Facundo Falduto) vía esa red social. Luego, habrá leído sus blogs y el olfato periodístico del responsable del sitio web de Perfil lo llevó a ofrecerle a Facundo un puesto en el online. Herebia me comentaba que a su prima le pasó algo parecido, en una red social conoció amigos que le ofrecieron su trabajo actual, en el área de marketing, que era y es su métier.
Una aplicación web en la que demostró la importancia del blog, llevó al ya entonces relevante Alec Oxenford a crear su interesante Digitalec.
Mi columnita en el suple Las12 (donde ya escribía) nació luego de comentar con mi editora la foto de Cristina Fernández de Kirchner y el post que yo había escrito al respecto.
Seguro que los casos son muchos más, pero estos ejemplos sirven para entender que las redes sociales, además de un elemento alimentador del ego y un espacio de diversión, pueden ser una manera simple, honesta y rápida de darse a conocer profesionalmente. O que quien no tiene una carrera profesional, se haga de ella. Obviamente que no les va a servir tratar de demostrar lo que no son ni meterse a todas las redes para conseguir un trabajo. O al menos, no si sólo lo hacen para eso. La web es más inteligente de lo que parece. Ser un perro -y ocultarlo- (quién no conocía aún el chiste del perro que se vanagloria diciendo que tras la compu nadie sabe que es un can?) puede resultar divertido para quienes sólo quieren bromear un rato. Pero si sos un perro y cada vez quieres hacernos creer que eres un águila, es posible que en algún momento levantes la patita para hacer pis...y lo cuentes! Tratar de usar la web con inteligencia trae beneficios para todos.