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La Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, rechazó ayer el pedido de Uruguay para que Argentina ponga fin a los cortes de ruta en la provincia de Entre Ríos, en protesta ante la posible instalación de la papelera Botnia en Fray Bentos (Uruguay), frente a Gualeguaychú (Argentina).
Ante el reclamo uruguayo, Argentina había pedido a la Corte que se declarara incompetente. Pero la Corte no solo optó por declararse competente sino que además no hizo lugar a la medida cautelar.
Hace un par de días, Abel Posse escribió en La Nación:
"Periódicamente aparece en los argentinos un extraño sustrato de barbarie, algún hecho de esos que no ocurren en otras partes del mundo. Es como si quisiéramos recordarnos a nosotros mismos que no somos civilizados ni serios del todo, o que no queremos anotarnos definitivamente en el mundo que lo es."
Sí, "no somos civilizados ni serios del todo". Pero a veces tenemos razón.
En el artículo, Posse se despacha contra los gordos escapados "del cuaternario inferior" durante el traslado de los restos del Gral. Perón el 17 de octubre del 2006.¿No es demasiado simple reducir todo a "son la barbarie"? Se extralimitó luego al referirse a los padres que perdieron sus hijos en el terrible accidente de micros, diciendo que "eligen a sus culpables". No contento con esto, opina que "barrios enteros (están) con miedo, matoneados, sin defensa de la fuerza pública inhibida".
Sería bueno recordarle a Posse que cuando se desinhibe la fuerza pública, lamentablemente lejos de instaurar el orden en la sociedad, suele resultar en un Walter Bulacio, Teresa Rodríguez, Miguel Bru, 30.000...
Los manifestantes, vecinos de Gualeguaychú también son un barrio entero. Y habrán tenido miedo tal vez a la represión que podría llegar si La Haya hacía lugar a la medida cautelar.
En cambio Posse ve que "internacionalmente parecemos un pueblo de opereta. Por un lado llevamos el conflicto con Uruguay al tribunal supremo de La Haya; permitimos el ridículo de 'apoyar' nuestra pretensión con los cortes de rutas y de puentes internacionales, delito real y cotidiano de igual o mayor magnitud que el de una contaminación virtual. Reclaman justicia y no respetan a los jueces. Cuando hablan de ética no la exigen de sí mismos. Todo reclamo va acompañado de una pedrada a la policía."
Admitir nuestros errores y defectos, sí. Ser más papistas que el Papa, o más legalistas que La Haya, no.
A guardar, a guardar. Cada cosa en su lugar.