28 oct 2010

Cristina está.


Pasado el estupor, vienen la tristeza, el dolor y un poco de bronca también porque una piensa que una angioplastia es un tema "manejable" en épocas de tanto avance de la medicina. Pero también, entonces, vuelvo a pensar una vez más, como todos los días bah, en mi país y pienso que hay que quererlo y entenderlo mucho para comprender y aceptar el por qué de algunas cosas.

Y entonces es cuando no sorprende que para alguien que vivió lo que él vivió, en este país, un par de infartos no fueran motivo para detenerlo en su marcha. Cuando aquí se vieron caras de necesidad, y sin derechos; solidaridades en épocas de fugas de presidentes en helicópteros; amigos y hermanos desaparecidos literalmente, secuestrados por gobiernos ilegítimos; gente que volvió a sonreir con la paz mental y de bolsillo que da una jubilación como la gente, una asignación universal por hijo, un gobierno que hace cosas.

Y entonces es cuando los problemas de salud adquieren, tal vez, otras dimensiones. Igual, no puedo dejar de decir que hubiera preferido a Néstor Kirchner, antes que nada, vivo. Como hubiera preferido viva a tanta gente tan valiosa...
Pero la historia de este país tiene esas cosas...

Cristina está, escribo . Y parafraseo a ese post de hace tres años, cuando la foto de entrecasa en la que se regodearon los que querían verla caída.
La veo hoy fuerte en el dolor, junto a sus hijos. Ahora, todo este país tiene que estar a su altura.