El autor de El guardian entre el centeno, el escritor estadounidense J.D.Salinger (Jerome David) , murió hoy de causas naturales, en New Hampshire, Estados Unidos. Tenía 91 años.
Consciente de la dimensión de su gran obra, como una suerte de misión en la vida, luego de la edición de la misma y desde hacía décadas que permanecía aislado de los medios y en una vida plena de introversión.
Una crítica q siempre estuvo a la espera de otra gran obra -como lo fue El guardián...-, una producción despareja en los siguientes años y una vida por vivir lejos de los críticos fueron sus compañia luego de la edición de su obra cumbre, en 1951. Su última entrevista fue telefónica, en 1974, al New York Times. Se enojaba cuando algún avezado supo tomarle fotografías saliendo del supermercado, por ejemplo. Y demandó judicialmente a quienes, con mayor o menor éxito, publicaron cartas y notas suyas sin permiso.
Considerado por algunos un libro maldito, por muchos como su obra favorita, El guardián entre el centeno cuenta la historia de Holden Caulfield, un joven irónico que hace una defensa de la infancia y de los valores alejados de la hipocresía que ella supuestamente proclama. “¿qué te gustaría ser?”, le pregunta la hermana del protagonista en un momento del libro. “¿Te acuerdas del poema de Robert Burns ‘Si un cuerpo encuentra a otro cuerpo, cuando van entre el centeno’? [...] Yo sería el guardián entre el centeno. Evitaría que los niños cayeran a un precipicio”.
Pero ya nos dejó y no habrá más noticias sobre los carritos de supermercado que empujaba cada tanto, mientras protestaba por las fotos. Ni las especulaciones sobre si bebía de su orina o si era budista, ni a cuántas jóvenes aspirantes a escritoras cortejó en su juventud y madurez.
Queda su obra. Si aún no leiste el libro El guardián entre el centeno, puedes hacerlo desde aquí.