Nadie diría que como sociedad y cada cual desde su puesto, no hacemos mucho porque nuestra infancia sea educada adecuadamente. Nos ocupamos de que no jueguen tanto a juegos violentos en la compu, que conserven los buenos modales y que estudien. Que se formen como buenas personas e incluso creamos legislación para protegerlos. Hacemos muchos esfuerzos por nuestra infancia. El gobierno también hace mucho al respecto, intenta cada día crear -con aciertos y más allá de algún error- construir un país cada vez mejor, más igualitario y digno.
Pero de pronto los hechos policiales más resonantes de estos últimos tres días tienen como protagonistas a infantes. Estamos en vacaciones de invierno y la calle está llena de niñas y niños. Pero no puede pasar esto:
Un niño de 5 años es atropellado y asesinado por un colectivo cuando volvía de una visita médica con su madre y su hermana de 6 meses;
Un niño de 4 años es baleado en un shopping de Morón -al quedar en medio de una pelea- cuando concurría con su papá a ver una peli, como parte de su recreación de invierno;
anoche, mientras se producía el errado paro de trenes en la estación Consittución (paro desconocido por el sindicato) vimos en la tele una imagen que dolía: pequeños y pequeñas que habían salido con sus familiares a disfrutar de un paseo por la ciudad se vieron atrapados en una lucha de piedras y golpes, de policías y detenidos;
una joven de 18 años es fusilada en la puerta de su casa cuando intentaron robar en su vivienda;
Tantas veces pensamos en si la infancia comprende a los adultos, de que hay cosas que aún no están en condiciones de entender cabalmente: algunos fenómenos sociales, algunas realidades políticas, algunos conflictos de intereses y oposiciones mezquinas.
Quisiera saber la respuesta a esto: estaremos quienes somos mayores de edad capacitados para comprenderlos, para no reproducir esos juegos violentos que les prohibimos en la virtualidad y ofrecerles otra cosa?