17 dic 2009

Los Díscolos (a propósito de Ricardo Fort)


Dicen los especialistas que las sociedades necesitan una suerte de válvula de escape para poder seguir siendo lo que son. Movimientos sociales, corrientes culturales, han quedado como lo más pintoresco de algunas épocas que cobijaron estos movimientos. En las familias del mundo empresario, allí donde el dinero arma alianzas y desteje pasiones, no están tan bien vistos quienes osan salirse del sistema y crear su propia historia: alejados de los emprendimientos familiares, pretenden mostrarle al mundo que son algo más que parte de una familia de por caso, imperio del chocolate, toreros de renombre, apellidos que pisan fuerte en la industria automotriz.

Señalados por su familia como los que “no sirven” para el modelo empresarial y mirados con recelo –pero sólo en un principio- por el pueblo, que los acusa de financiarse sus caprichos artísticos con enormes sumas de dinero, a los díscolos les cuesta abrirse un camino propio. Pero tal como lo hicieron alguna vez en el seno de las poderosas familias que los vieron nacer, hacen lo propio con el público, que llega a amarlos. Por qué? Entre otras cosas, porque transmiten –cual Isidoros Cañones- una imagen opuesta a la de sus progenitores, que siempre fueron vistos, con mayor o menor simpatía como “otra raza”.

Con éxito y buena -o no tanta- reputación, los díscolos consiguen, en cambio, lo que nunca lograron quienes llevan su propia sangre: mimetizarse con el pueblo. Algunos casos, en una galería variopinta: Ricardo Fort, cantante y show man (actual figura de ShowMatch), nieto de Felipe Fort, de la fábrica de chocolates FelFort; Miguel Bosé, cantante, hijo del torero Dominguín y de la cantante Lucía Bosé; Carlos Menem Junior, hijo del político y ex presidente Carlos Menem; María Luisa Bemberg, cineasta, miembro de la familia Bemberg, por entonces dueña de la cervecera Quilmes; Dolores Blaquier, considerada “oveja negra”dentro de la familia Blaquier y definida alguna vez como “la más linda de las Blaquier” por la periodista Sylvina Walger; Paris Hilton, empresaria y show woman, miembro de la familia Hilton. Seguro a ustedes se les están ocurriendo algunos casos más (pueden agregarlos en los comentarios).

A contramarcha de la tradición familiar, todos los enumerados arriba pudieron lo imprensado incluso para miembros de sus propios clanes: generar algún ingreso por fuera de las empresas familiares. Que luego gasten mucho más que lo que ganan en calidad de su trabajo, es otra historia. SI las empresas familiares les dan dividendos, pueden hacerlo y no veo cuál es el problema. En este sentido, es oportuno recordar los datos de la agencia española de noticias EFE, basados en un estudio de Barclays Ewalth, según el cual sólo 1 de cada 10 fortunas llega a la tercera generación.
No podemos predecir qué sucederá en el caso de Fort, pero que encontró su “modelo de negocio” no me quedan dudas. Como se administren en el futuro es otra historia. Por ahora, nadie le quita lo bailado.

El video posteado corresponde a la canción A mí manera ("Tal vez reí, tal vez lloré, tal vez gané, tal vez perdí. Ahora sé, que fui feliz. Que si lloré, también amé. Puedo seguir hasta el final, a mi manera").
Fue cantada en uno de los últimos programas de Marcelo Tinerlli, ShowMatch. Como Artear no permite embeber sus videos, va en la versión del gran Raphael.