12 jul 2007

"Deshilachando" décadas con Aníbal Troilo


Ayer se cumplieron tantos años (93) de su nacimiento que es poco probable que los hubiera alcanzado con vida. Pero Aníbal Troilo "pichuco", el más grande bandoneonista que dio nuestro pais, sobrevive a su obra y a su tiempo.
En una de las ediciones de Tango de Colección -libro y cd- que ofrece el diario Clarín y que todavía puede encontrarse en algunas librerías de saldos, en la entrega nº 9 es que puede encontrarse la dedicada a Troilo. Hay allí una entrevista imperdible realizada por Julián Centeya (de quien el 26 de este mes se cumple también un aniversario pero de su partida). En la charla, "pichuquito" cuenta su debut tanguero -cuando tenía sólo 13 años-:

"-Trece...y los bolsillos llenos de miedo la noche que debuté. Se trataba de una orquesta de señoritas, que entonces, por esa época eran muy comunes en los cafés de barrio y en las confiterías del centro. Eran cuartetos, pero se les decía orquestas de señoritas. Físicamente toda orquesta de señoritas se parecía a otra de su tipo. El piano siempre lo tocaba una gorda. El violín estaba en poder de una flaca. En toda orquesta de señoritas, había un hombre. También esto era cosa obligatoria. No sé por qué debía ser así, pero el hecho fue que siempre fue así. Entonces yo pasé a ser el hombre de aquella orquesta.

Cuenta más adelante, en la misma entrevista, que a poco de debutar logró armar su primer conjunto. Era muy pequeño. Pero con él obtuvo el palco en el cine Palace Medrano, desde donde deleitaba al público en los entreactos. Cuenta que allí se quedó "mucho tiempo" porque "eso me estaba dando la sensación de haberme ubicado en el umbral mismo de la calle Corrientes."
"Puedo decir hoy, con toda seguridad y de manera más clara, que en esa sala cinematográfica me definí frente a la vida. Allí empecé a ser esto. Pichuco. Uno. Yo mismo. No sé cómo lo he logrado o lo sé, que es lo mismo. Me hice, y esto es lo importante."